En el último año y a raíz de mi eterno problema de acné – vulgar durante la adolescencia y más recientemente rosácea-, he aprendido mucho acerca de la microbiota intestinal.
Escuché este término por primera vez de boca de mi osteópata (Bea) hace unos 8 meses. En realidad es como se denomina ahora la flora intestinal, que es la población de microbios (a mí me gusta llamarlos bichitos) que habitan en nuestros intestinos.
En cuanto Bea apuntó a un posible desequilibrio de mi microbiota como causa del acné, supe que había dado con la clave! Si te interesa, al final de este artículo te cuento cómo fue 🙂 .
Funciones y Síntomas
Hasta mi diagnóstico no era para nada consciente de la tremenda relevancia que estos bichitos tienen en nuestra salud, no solamente física sino también mental. Algunos hablan del aparato digestivo como un segundo cerebro ya que estos microorganismos modulan los niveles de serotonina, un neurotransmisor relacionado con los estados de ánimo.
Algunas de sus principales funciones son:
- Ayuda al cuerpo a digerir ciertos alimentos que el estómago y el intestino delgado no son capaces de digerir.
- Desempeña un papel importante en el sistema inmune, actuando como efecto barrera.
- Ayuda a combatir las agresiones de otros microorganismos, manteniendo la integridad de la mucosa intestinal.
- Previene numerosas enfermedades, entre ellas el fallo multi-orgánico, el cáncer de colon y la enfermedad inflamatoria intestinal.
Un desequilibrio en la microbiota intestinal puede contribuir al desarrollo de enfermedades como la diabetes, obesidad, artritis, eccema, fatiga crónica e incluso cáncer y depresión.
Los síntomas de una alteración de los microorganismos incluyen gases, hinchazón, estreñimiento o diarrea, fatiga, dolores de cabeza y náuseas, antojos frecuentes de azúcar e hidratos, dolor articular, problemas de piel y cambios de humor.
¿Te suena alguno o alguna combinación de ellos? A mí desde luego que sí.
Causas de la Disbiosis Intestinal
La alteración o desequilibrio de la microbiota intestinal se llama disbiosis. Estos son sus principales causas:
- Mala alimentación: la dieta occidental típica incluye gran cantidad de alimentos procesados, grasas no saludables y azúcar. Si a esto le añadimos la ingesta de pocas verduras y frutas frescas tenemos como resultado una sobrecarga en el organismo que produce acidez y altera nuestro ecosistema – las bacterias buenas van disminuyendo y las malas se adueñan del intestino.
- Consumo de medicamentos: los antibióticos tienen un efecto devastador sobre nuestros pequeños inquilinos, pero no son los únicos. Estudios recientes sugieren que los laxantes, los fármacos para la enfermedad inflamatoria intestinal, los anticonceptivos orales, los ansiolíticos, los antidepresivos, los antihistamínicos y la quimio/radioteparia afectan la microbiota intestinal igual que los antibióticos.
- Estrés: ya se sabía que el estrés crónico propicia la obesidad, la ansiedad y la depresión; pero además se ha demostrado que también altera los niveles de nuestro ecosistema intestinal aumentando las bacterias dañinas y reduciendo las beneficiosas.
¿Cómo Mejorar y Restablecer la Microbiota Intestinal?
Nuestro ecosistema intestinal va cambiando constantemente y por lo tanto, su composición y equilibro entre bacterias beneficiosas y nocivas. Afortunadamente, podemos influir en estos cambios.
Prebióticos y Probióticos
Para estimular la producción de bacterias beneficiosas los científicos recomiendan ingerir alimentos y/o suplementos de probióticos y prebióticos.
Los prebióticos son sustancias que sirven como alimento a las bacterias intestinales beneficiosas. Los probióticos por sí mismos no sirven de nada si no van acompañados de prebióticos.
Algunos alimentos que contienen prebióticos de forma natural son: alcachofas, achicoria, banana, legumbres, ajo, cebolla, puerro, trigo y avena, espárragos, y diente de león.
Los alimentos probióticos que puedes consumir y que son fáciles de encontrar son: yogures frescos, el kéfir, chucrut (repollo o col blanca), kimchi, pepinos encurtidos, té de kombucha, sopa de miso y otros productos lácteos fermentados.
Además podemos complementar nuestra dieta con suplementos de productos prebióticos y probióticos para una recuperación más rápida de nuestra salud intestinal.
Ejercicio Físico y Reducción de Estrés
La realización de actividad física de forma habitual también tiene un impacto positivo en la composición de nuestra flora, ya que aumenta el riego sanguíneo en nuestro aparato digestivo y ayuda a disminuir el estrés
Por supuesto, debemos intentar evitar la toma de medicamentos siempre que sea posible. En todo caso, la mejora de nuestro ecosistema intestinal va a recudir significativamente la aparición de enfermedades y por lo tanto la necesidad de consumir fármacos.
Microbiota y Cura del Acné
En mi caso concreto, una analítica de mi microbiota intestinal desveló una carencia de los bichitos que protegen la pared del estómago: esto significa que durante la digestión, algunas de las partículas que debería desechar se «cuelan» y atraviesan la pared del estómago llegando a mi torrente sanguíneo.
Esto ocasiona una alerta de mi sistema inmunológico – que deriva en una sensación de cansancio – y una respuesta inflamatoria que se manifiesta en forma de…… acné rosácea!
Tratamiento
Mi osteópata me dio unas pautas de alimentación complementando con suplementos de vitaminas, aminoácidos, prebióticos, probióticos y homeopatía.
En cuanto a las pautas de alimentación, a rasgos generales, estas son las indicaciones:
- Mayor masticación
- Aumentar la ingesta de fibra y vegetales
- Disminuir la ingesta de carnes rojas
- Alimentos recomendados en mi caso (y en base a mi analítica): manzana, brócoli, col blanca, pimiento, kefir
Además es altamente recomendable consumir productos orgánicos siempre que sea posible. Y por supuesto, evitar el consumo de productos procesados y azucarados.
Resultado?
El acné rosácea ha disminuido progresivamente durante los últimos 8 meses hasta el punto de prácticamente desaparecer. De hecho, mi piel tiene un aspecto totalmente sano. Únicamente yo percibo alguna rojez en momentos/días puntuales, pero es muy leve.
Y no menos importante, en realidad bastante más, mejorando mi microbiota ha mejorado mi bienestar, energía, estado de ánimo, en definitiva mi calidad de vida. Además de disminuir las probabilidades de padecer múltiples enfermedades en un futuro.
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