Octubre es el mes de concienciación sobre el cáncer de mama, enfermedad que afectará a 1 de cada 8 mujeres a lo largo de su vida. El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las muejres occidentales. En España se diagnostican alrededor de 25.000 nuevos casos al año (según la AECC, datos del 2018).
Todos conocemos algún caso cercano y somos conscientes tanto de la seriedad de la enfermedad en sí como de la dureza que supone afrontarla a nivel emocional y psicológico. Por ello, cada 19 de Octubre se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, para concienciar a la sociedad y reforzar su compromiso en la lucha contra esta enfermedad.
Los investigadores centran sus esfuerzos en encontrar mejores maneras de prevenir, detectar y tratar el cáncer de seno, y para mejorar la calidad de vida de pacientes y sobrevivientes de esta enfermedad.
En este post me voy a centrar en los factores de riesgo y prevención y en la importancia de la detección temprana.
Factores de Riesgo y Prevención
Una gran parte del esfuerzo de concienciación se centra en los factores de prevención y diagnóstico temprano del cáncer de mama. Un diagnóstico precoz eleva muchísimo las probabilidades de cura, además de disminuir la agresividad del tratamiento.
Entre los factores de prevención, hay diversos estudios centrados en analizar qué factores alterables contribuyen a disminuir el riesgo de desarrollar esta enfernedad.
Los factores alterables son aquellos que tenemos la capacidad de cambiar, a diferencia de otros factores como nuestra herencia genética, nuestra edad o nuestro sexo.
Investigaciones recientes parecen demostrar una relación entre los siguientes factores y el riesgo de padecer cáncer de mama:
Alimentación: una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y alimentos no procesados favorece una disminución del riesgo de padecer esta enfermedad
Ejercicio físico: la evidencia que vincula la actividad física con la reducción en el riesgo de cáncer de seno, especialmente en las mujeres que han pasado por la menopausia, está aumentando. Es recomendable realizar ejercicio físico de forma regular (unas 4 horas a la semana.
Sobrepeso y obesidad: es recomendable evitar el sobrepeso, especialmente después de la menopausia.
Consumo regular de alcohol: el consumo de bebidas 
alcohólicas está claramente relacionado con un aumento en el riesgo de padecer cáncer de mama, además de otros tipos de cáncer
Evita el uso de tratamientos hormonales sustitutivos durante la menopausia, ya que se ha demostrado que aumentan el riesgo.
Descendencia: las mujeres que han tenido hijos tienen un menor riesgo de padecer cáncer de mama, especialmente cuando se tienen a una edad temprana (antes de los 30 años). Las mujeres con múltiples embarazos tienen un riesgo reducido de cáncer de mama.
Lactancia 
materna: si se da durante un tiempo prolongado (entre 1,5 y 2 años), reduce el riesgo de desarrollar esta enfermedad
Control de la natalidad: algunos métodos de control de la natalidad como las píldoras o inyeccines anticonceptivas utilizan hormonas, lo que podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de seno. Es recomendable consultar con el médico acerca los factores de riesgo de cada método.
Hay otros factores sobre los cuales se han realizado y se siguen realizando muchas investigaciones, pero los datos recabados hasta ahora no so concluyentes. Es decir, no se ha podido demostrar que exista una relación entre estos factores y un aumento del riesgo a desarrollar cáncer de seno.
- Químicos en el ambiente: hay sustancias encontradas en plásticos, cosméticos y pesticidas sobre las que existe una especial preocupación. Sin embargo no se ha podido establecer todavía una relación clara entre la exposición a estos componentes y un aumento del riesgo de padecer cáncer de mama.
- Humo del tabaco: la evidencia de una relación entre ser fumador activo o pasivo y el cáncer de mama es es “sugestiva, pero no suficiente”. Se necesitan más estudios al respecto.
Otros factores de preocupación son el consumo de cafeína, los implantes de mama, los desodorantes antitranspirantes, la depilación de las axilas, los abortos espontáneos o provocados o la telefonía móvil. Es importante saber que no existe evidencia científica que relacione estos factores con un aumento del riesgo de padecer cáncer de mama.
Los estudios para descubrir factores y hábitos continúan en un constante esfuerzo por mejorar la prevención de esta enfermedad.
Factores de Prevención en Mujeres con Alto Riesgo.
Para las mujeres con un mayor riesgo de padecer cáncer de seno, por un antecedente familiar significativo, una mutación genética que incide en el riesgo de cáncer de seno o si ha tenido carcinoma ductal in situ, carcinoma lobulillar in situ, hay algunas medidas preventivas que pueden decidir tomar.
El uso de medicamentos como tamoxifeno y raloxifeno bloquean la acción del estrógeno en el tejido mamario. Los medicamentos inhibidores de la aromatasa también pueden ayudar a disminuir el riesgo.
La cirugía preventiva también es una opción en los casos de mujeres de alto riesgo, mediante la extirpación de los senos o los ovarios.
En todos los casos es muy importante consultar con un médico ya que todas estas opciones tienen efectos secundarios. Hay que entender qué medida es más adecuada en cada caso y los beneficios vs los riesgos de cada una de ellas.
Diagnóstico Temprano
Es importantísimo hacerse pruebas periódicas de detección temprana del cáncer de mamá. Hay mujeres que han desarrollado el tumor que no llegan a presentar los síntomas.
Los cánceres que se encuentran durante los exámenes de detección suelen ser más pequeños y estar aún confinados al seno, por lo que su pronóstico es mucho más favorable.
La Sociedad Americana Contra El Cáncer establece las siguientes guías de detección en mujeres con riesgo promedio de cáncer de seno (que no tienen antecedentes personales o familiares de cáncer de mama o una mutación genética conocida):
- Las mujeres de 40 a 44 años de edad tienen la opción de iniciar la detección con un mamograma (mamografía) cada año.
- Las mujeres de 45 a 54 años deben someterse a un mamograma cada año.
- Las mujeres de 55 años y mayores pueden cambiar a un mamograma cada 2 años, o pueden optar por continuar con sus mamogramas anualmente. Los exámenes de detección deben continuar siempre y cuando la mujer se encuentre en buen estado de salud y se espera que viva 10 años o más.
Las mujeres que se hacen mamogramas regularmente tienen más probabilidades de encontrar temprano el cáncer de seno, menos probabilidades de necesitar tratamiento agresivo, como mastectomía y quimioterapia, y más probabilidades de curarse.
En el caso de mujeres con alto riesgo, éstas deben someterse a una imagen de resonancia magnética (MRI) y a un mamograma cada año, por lo general a partir de los 30 años.
Autoexploración de senos
No hay mucha evidencia que confirme que la autoexploración física de los senos (o realizada por un especialista) ayuda en el diagnóstico temprano del cáncer de mama. En cualquier caso, se debe acudir al médico inmediatamente si se detectase cualquier anomalía.
No olvidemos como sociedad la enorme importancia que tienen los factores de prevención y el diagnóstico temprano del cáncer de mama. Es un problema que afecta no solamente a 1 de cada 8 mujeres, sino también a sus familias y su entorno más cercano. La unidad familiar y la sociedad se resiente con cada caso.
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